CARMELO ARDEN-QUIN
Principal impulsor y cofundador de Madí, en 1946, junto con otro uruguayo Rhod Rothfuss y el húngaro-argentino Gyula Kosice, el primer movimiento de vanguardia absolutamente rioplatense. Heredero del constructivismo de Joaquín Torres García, de enorme influencia a partir del regreso del maestro a Uruguay en 1934, Arden Quin, de formación marxista y nivel universitario en las aulas a que asistió en Buenos Aires, fue elaborando una estética singular, que, si bien fundamentada, como Torres García, en otras anteriores surgidas en las primeras décadas del siglo XX en Europa (futurismo, cubismo, constructivismo ruso, neoplasticismo holandés) adquirió aspectos inéditos que luego se proyectarán, a su vez, en Europa y Estados Unidos.
Madí aspiró a interpretar e inventar, con optimismo, la utopía de un mundo mejor. Una nueva manera de ver y estar en una sociedad en transformación, después del desastre de la II Guerra Mundial y de las dictaduras latinoamericanas. Por eso Madí quiso ser un movimiento que abarcara todas las artes (pintura, escultura, diseño, teatro, música, danza, arquitectura) en contacto con la realidad de su tiempo. Madí se propuso dejar atrás la tradición artística y en especial la pintura, romper con el canon del cuadro-ventana renacentista, utilizando colores puros y planos, con el marco irregularmente recortado, con una dinámica en todas direcciones del espacio circundante, esculturas móviles y cambiantes, con intervención del espectador, modificando el modo de ver convencional.
Fuente: lagaceta.com.ar