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SANTOS CHÁVEZ

La temática de su obra gira en torno a la vida primaria del ser humano, su conexión con la tierra, con el viento, con la luna y el sol. Su iconografía remite a su infancia en el mundo rural, una vida a la que nunca volvió pero que muestra de forma poética en cada uno de sus trabajos. Aunque Chávez recorrió el mundo y vivió en grandes ciudades, como el Berlín oriental, eso no afectó su obra en la que siguió imaginando y poetizando su niñez campesina en la tierra de Arauco.

Hijo de una familia numerosa, Santos Chávez nació el 7 de febrero de 1934 en la aldea de Canihual (Tirúa, región de la Araucanía). El pueblo está rodeado por bosques milenarios y praderas, cruzados por ríos y esteros entre la Cordillera de los Andes y el océano Pacífico. Su madre estaba trabajando en el campo y lo trajo al mundo a la orilla de un trigal. Esa estrecha relación con la tierra lo acompañó durante toda su vida.

“Trato de expresar la raza, lo poco que nos va quedando de americano. Soy un araucano que trata de universalizar el sentimiento de la gente sencilla. Por eso elegí la madera. La noble madera para expresarme. Tierra y hombre forman una entidad”.

Santos Chávez admiraba a Marc Chagall, que fue pastor como él, y también a Durero, cuyos grabados pudo ver cuando vivió en Alemania. Pero su universo creativo estaba influenciado exclusivamente por sus propias vivencias. Además, desarrolló una técnica particular para crear sus xilografías. Usaba pedazos de coihue y araucaria que encontraba. 

Fuente: INFOBAE

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